Errores garrafales

Este sábado estuve comiendo en Ávila con un grupo de amigos. Inicialmente habíamos quedado en un restaurante, pero al llegar vimos que había una boda, por lo que decidimos irnos a otro sitio. Durante la espera al resto de gente que quedaba por llegar, una amiga mía y yo fuimos testigos de un documento gráfico sin precedentes, sobre lo que no hay que llevar en una boda:

Están muy de moda y me gustan mucho llevar sandalias con vestidos o faldas, pero no vale coger una sandalia de verano y llevarlo con medias. Las sandalias de invierno son más tapadas y se emplean materiales texturizados como el terciopelo. Cuñas, sandalias de madera y demás complementos veraniegos para más adelante.
No hay nada que más me guste que unos buenos tacones. Estilizan, te dan seguridad y se convierten en la clave de cualquier «look bodil» ,por eso no se deben quitar y sustituir por unas bailarinas a la media hora de comenzar el evento, podría arruinar tu outfit.
Si se lleva un vestido largo no se debe llevar tocado y menos aún pamela. Se reserva para vestidos de cóctel.
Ni shopping bags, collares de estilo étnico o zapatos sport.
No vale llevar todo el joyero puesto.
Traje y zapatillas de deporte??? NO!
A todas nos encantan ir cómodas, pero hay determinadas ocasiones en las que tenemos que dejar en casita los leggins, y esta es una de esas veces.
El negro representa la elegancia, pero no es color más adecuado para asistir a una boda. Si se desea ir de oscuro, se puede ir de azul marino, gris marengo o color topo.
Un abrigo de cuero es una pieza fundamental de un buen fondo de armario, pero no es fundamental llevarlo en una boda y menos todavía llevarlo a lo «Matrix».
Los calcetines blancos para hacer deporte.