La primavera está a la vuelta de la esquina, se nota en cada calle de Madrid, en las terrazitas que hay montadas desde primera hora de la mañana, en la actitud más positiva de la gente y sobre todo en mi parque favorito, El Retiro J uno de los lugares que más calma y tranquilidad me transmite, mi lugar de escape cuando me siento triste o estoy un poco perdida en mis decisiones o simplemente cuando quiero desconectar de todo. Me carga las pilas y me aporta un chute de energía.
La semana pasada me encontraba un poco plof y después de dar clase en INNADI me fui directa al Retiro, necesitaba irme a mi mundo, reflexionar y poner las cosas en su sitio dentro de mi alocada cabezita. La meditación se ha convertido en uno de mis grandes aliados en estos últimos meses, me sirve para conocerme a mi misma, saber quién soy, qué es lo que quiero y qué es lo que no necesito en mi vida. Sirve para detecta que es aquello que está fallando, qué puede mejora o qué camino es el que te puede dar más satisfacciones cada día.
La meditación es algo muy sencillo que puedes hacer en cualquier momento y lugar, no es necesario acudir a ninguna clase de yoga, y si no que me lo digan a mi, que hago meditación con taconazos como los que llevo en este look y en plena hora punta en el metro. Es cuestión de concentrarse en la respiración; inspirar y expirar; inspirar y expirar…cuando tu mente esté totalmente en blanco es el momento perfecto para hacerte esa pregunta que tanto te inmmueve, la que pensabas que no tenía respuesta, pero que pasados unos minutos, llegará a ti de manera espontanea. Solo tienes que dejarte llevar por pensamientos positivos.