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Desde que Madonna apareciera en los 80 con sujetadores de cono, en corsé o actuando de manera irreverente sobre un escenario, nos hemos acostumbrado a cualquier excentricidad por parte de los cantantes. Madonna sembró la semilla «del todo vale», abrió el camino a chicas desconocidas que querían triunfar con un sello personal y traspaso las fronteras de lo permitido. Una de sus grandes discípulas del siglo XXI es la archiconocida Lady Gaga, con un estilo pop y muy provocador, Britney Spears, otra chica mala que protagonizó el famoso beso con Madonna en una gala de los MTV o la polémica Miley Cyrus y su controvertido video Wrecking ball. Pero la que lleva la voz cantante es, sin lugar a duda, la jamaicana Rihanna.

Como artista no se le puede toser encima, se reinventa en cada nuevo disco, pero su estilo y personalidad siempre está expuesto a comentarios. Una avalancha de críticas es lo que recibió Rihanna tras la emisión de su nuevo tema justo unos días después de la polémica actuación de Miley Cyrus en los MTV Awards hace más de un año, donde la joven cantante aparece prácticamente desnuda sobre un trono con complementos de Chanel y marcándose un bailecito subidito de tono encima de una barra, pero a la vez que es criticada, las firmas y editoriales tan conocidas como VMagazine o Rolling Stones se la rifan, todos quieren a Rihanna. Su vida personal es un cacao tan pronto le da por tontear con chicas, como por volver una y otra vez con el rapero Chris Brown, del que se separó por malos tratos…yo la verdad es que no entiendo nada.
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Yo creo que Rihanna es la cantante que más veces se ha cambiado el color y estilo de su pelo: pelirroja, rubia platino, afro, a lo chico…Pero que sea versátil no significa que siempre le favorezca; de piel dorada y rostro corazón (frente más ancha que la barbilla), le favorecen los castaños y rubios medios y debería evitar los tonos rojos ( le echa años encima). Su estilo siempre ha sido exagerado , un tanto hortera y llevado con mezclas imposibles como pantalón de chandal y tacones o faldas tan cortas como cinturones, así como complementos poco convencionales como un sello dental. Pero parece que algo ha cambiado en ella, no solo ha perdido una gran cantidad de peso, consiguiendo una silueta definida, sino también su personalidad y estilo. Ha sufrido una metamorfosis de sofisticación, ha pasado de prendas ceñidas y estampados estrambóticos a una imagen más femenina y comedida con faldas semi-entalladas y blusas vintage, faldas lápiz o túnicas de seda. Su estilo ha madurado, Rihanna ha aprendido que es mejor insinuar que enseñar y que una minifalda no es un cinturón ancho 😉

Rihanna antes de su metamorfosis

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