La imagen de una persona está configurada por una serie de elementos:

  • Colores: los de la piel, ojos, cabello, prendas…
  • Líneas: las que dibujan sus rasgos faciales y corporales, los del corte de cabello, las del vestuario…
  • Formas: las que incorpora (elementos externos), o las que se perciben como planas (forma del rostro).
  • Volúmenes del cuerpo en su conjunto y de las distintas partes que lo configuran.
  • Sonidos: su voz.
  • Movimiento: tanto en su proyección, como en su postura, como en su traslación.
  • Los que se añaden directamente derivados de una cultura estética y de la pertenencia a un grupo determinado como el maquillaje, el vestuario, el peinado, el perfume, la forma de expresarse, el movimiento…

    Estos elementos son percibidos por los sentidos, gracias a las características físicas de los colores, líneas, formas, volúmenes, sonidos, olores…dando lugar a los códigos.

    La combinación de estos elementos puede hacerse de forma armónica, donde todos los códigos tienden a decir lo mismo, reforzando el mensaje que se desea transmitir, o de forma contrastada, donde uno o más códigos no siguen las pautas de armonía del conjunto, consiguiendo resaltar alguna cualidad específica.

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